Tres cuentos

Descripción

Cinco años antes de morir, el reconocido e influyente Gustave Flaubert atraviesa por una fuerte crisis personal que alcanza a expresarse en una sensación de sequía literaria. Buscando sacudirse de aquella mala racha, Flaubert sale de París para descansar y reponer fuerzas, y a poco andar retoma algunos bosquejos de proyectos narrativos por mucho tiempo archivados: comenzaban a fraguarse estos Tres cuentos. Dos años después, tras un proceso de investigación y escritura que a ratos resultó tortuoso y a ratos vivificante, la trilogía que compone el presente volumen ya estaba terminada y su autor entraba a imprenta acaso con la fe restablecida. “Un corazón sencillo”, “La leyenda de san Julián el Hospitalario” y “Herodías” constituyen un pequeño tesoro literario que, con la guía del estudio introductorio y los comentarios de su traductor, Jorge Fondebrider, nos permite un viaje espléndido por la escritura de uno de los grandes narradores de todos los tiempos.

Gustave Flaubert (Francia, 1821 – 1880) fue el primer escritor realmente contemporáneo. La crítica universalmente ha señalado que, con él, la narrativa entra en la mayoría de edad, liberándose de una vez por todas del hasta entonces unánime narrador omnisciente, para multiplicar en un mismo libro las posibilidades de los puntos de vista de sus personajes e inaugurar una nueva dirección de la descripción de lo real. A Madame Bovary (1857), su primera gran novela, la sigue Salambó (1862), un ejercicio histórico que recrea la guerra entre Roma y Cartago, y a esta última, La educación sentimental (1869), que, sin un único personaje protagónico, se ocupa de la vida y las aspiraciones de la clase media así como de sus frustraciones. A este cuerpo de narraciones se suman el largo relato sobre La tentación de San Antonio (1877), acaso uno de sus mayores trabajos. Póstumamente, se publicó la novela inconclusa Bouvard y Pécuchet (1881), su célebre Diccionario de ideas preconcebidas (1911), numerosos textos de juventud, alguna pieza teatral y una copiosa correspondencia. Admirado en su tiempo por Charles Baudelaire, Théophile Gautier, George Sand, los hermanos Goncourt, Zola, Maupassant, Turgueniev y Henry James, desde entonces Flaubert se ha constituido en un verdadero modelo para los principales autores de los siglos XX y XXI.